A diario los pobladores del asentamiento humano Sarita Colonia de San Juan de Lurigancho tenían que subir y bajar una empinada y difícil vía de acceso para llevar agua a sus domicilios, debido a que los vecinos del asentamiento humano San Hilarión se oponían a la ampliación de la vía, lo cual les impedía el ingreso del camión cisterna y generaba serios enfrentamientos entre los pobladores de la zona.
Debido a ello, un grupo de jóvenes responsables de la dirigencia del Sarita Colonia solicitó la intervención de la Defensoría del Pueblo, al considerar que se venía afectando su derecho al libre tránsito y de acceso al agua. Para ello se realizaron mesas de trabajo con ambas poblaciones en las que se comprometieron a la no agresión y al respeto del pronunciamiento técnico municipal del área en cuestión.
Finalmente, luego de varias gestiones y acciones de persuasión ante los funcionarios de la municipalidad de San Juan de Lurigancho, dicha comuna emitió el informe técnico que ponía fin a las diferencias sobre las características de la vía y, de esta manera, se evitó que el derecho de una de las poblaciones (Libre transito y acceso al agua) continuase siendo vulnerado.