Después de 24 años, el Perú cuenta con una Ley de Migraciones que está entre las más modernas de la región y que además fortalece la seguridad del país, atrae y facilita los negocios, inversiones y talento, al tiempo que promueve una migración ordenada con protección a las personas más vulnerables.
El Decreto Legislativo 1236, dado en el marco de las facultades otorgadas al Poder Ejecutivo, reemplaza a la obsoleta Ley de Extranjería promulgada en 1991, la misma que no respondía a la situación migratoria actual del Perú, que en los últimos años experimenta el crecimiento exponencial del flujo de personas que ingresan, transitan, permanecen y salen del país.
La norma establece causales específicas para la inadmisión de extranjeros que pudieran representar un riesgo para la seguridad nacional o el orden público como lo son, por ejemplo, las personas con antecedentes en su país de origen o en el país de su última residencia.